Vídeos Ingeniería

viernes, 16 de octubre de 2015

¿Por qué son tan caras las obras civiles?

Con la inauguración el pasado 24 de septiembre del ya conocido como “Puente de la Pepa” en Cádiz sale a la luz un tema candente y que levanta muchas suspicacias entre los ciudadanos de todo el país: el precio de una obra de semejante magnitud.

El puente fue presupuestado en principio por una cantidad de unos 273 millones de euros, se habla que el precio final del mismo ha superado los 510 millones, una cifra, sin duda alguna, espeluznante.


¿Qué es lo que hace que una obra civil sea tan cara?
Normalmente cuando una persona viaja por una carretera o una vía férrea no tiene en cuenta la importancia de la obra que hay que realizar para conseguir un buen producto final donde imperen la calidad, la comodidad y, por supuesto, la seguridad. A menudo “al pueblo” solo le llegan las cifras económicas, como pasa en muchos otros sectores como son sanidad o educación, andamos siempre más preocupados de los presupuestos que de lo que de verdad se hace con ellos. De esta forma todo parece derroche y sobrecoste, pero seguimos sin transmitir lo que de verdad se hace, lo que se realiza, el proceso intermedio sigue siendo un punto flaco de nuestro sector a la hora de mostrárselo al público, a la sociedad en general. Así no es de extrañar que la gente se lleve las manos a la cabeza cuando decimos que un kilómetro de autovía (en situaciones normales, sin puentes ni túneles) viene a costar 1 millón de euros o que ese mismo kilometro pero trasladado a las vías de alta velocidad (AVE) se incrementa hasta llegar a cerca de 16 millones.

¿Por qué aumenta tanto el precio final con respecto al presupuesto inicial?
Para responder a esta pregunta necesitaríamos quizá un master en economía, otro en gestión de proyectos y un último en gestión pública. El trabajo de la ingeniería civil consiste en plasmar en un proyecto una idea, algo que no existe, y, además, ponerle precio. Podría parecer fácil si lo que tienes que hacer es levantar un muro de ladrillos, más o menos puedes calcular (sin grandes errores) los ladrillos y el tiempo que necesitas para levantar el muro, y aun así, siempre hay alguna pequeña modificación respecto a los planes previstos. Pues apliquemos ahora eso a una obra donde en vez de un murito de ladrillos tienes que hacer 1000 kilómetros de autovía, esas “pequeñas” modificaciones e inconvenientes que surgían con el murito de ladrillos se convierten en cambios enormes en una obra civil de importancia.
Otro de los motivos del sobrecoste de una obra viene dado por “las bajas”. Las obras públicas son eso, públicas, y por ello salen a concurso y las empresas privadas pujan para llevarse el gato al agua con el proyecto o con la ejecución del mismo. Imaginemos que cierta administración saca a concurso una obra pública por valor de 100, las empresas pujan, y por el método actual se llevará la obra quien haga la mejor oferta sin llegar a una “baja temeraria”. Imaginemos que la empresa que se queda la obra hace una oferta de 65. Ha rebajado un 35% el precio de una obra que la administración tasaba en 100, ¿Cómo va a conseguir que la obra pueda ejecutarse en condiciones de calidad y seguridad?
Aquí es donde está el verdadero problema de los sobrecostes, en que las administraciones permiten unas bajas altísimas a la hora de adjudicar las obras y después las empresas exigen que se hagan “modificados” en el contrato para poder terminar una obra porque ven que con sus 65 no llegan a lo que tendría que haber sido 100, y muchas veces pasa incluso que nos acaba costando 150, y digo costando porque la obra pública la pagamos todos.

¿Soluciones?
Sin duda alguna las soluciones a toda esta problemática pasan por dos puntos fundamentales:
1.       Mayor control administrativo sobre la adjudicación de los proyectos y obras y una menor permisividad a unos porcentajes de bajas tan fuertes.

2.       Mejor gestión por parte de la empresa que proyecta o ejecuta una obra, a veces perder 10 minutos en pensar cómo hacer mejor una cosa nos ahorra un año de tiempo y mucho dinero de por medio.