España, 2017, se espera que en
este año la cifra de turistas llegue a 80 millones en nuestro país. Muchos podréis
pensar: ¿Qué tiene que ver esto con la ingeniería? Dejando a un lado el tema de
escasez de agua en verano en muchas localidades costeras de nuestra geografía y
a otro lado el preocupante mal estado de alguna, muchas en realidad, de
nuestras carreteras, quiero centrarme en esta entrada en otro aspecto íntimamente
relacionado con nosotros y el turismo.
Toda persona que llega a España,
lo haga por el medio de transporte que lo haga, acaba antes o después poniendo
rumbo a su destino mediante carretera, ya que no se puede obviar que son estas
las que llegan al 99% de los destinos hacia los que van los turistas. Turistas
que traen como objetivo principal ese, el de llegar a su destino. Turistas que,
en la mayoría de los casos, no se paran a observar y disfrutar de la gran
variedad de infraestructuras viarias con las que cuenta España.
Carretera a Sa Calobra, Mallorca |
Subida al puerto de La Bonaigua, Lleida. |
No pretendo con estas líneas otra
cosa que intentar difundir nuestro gran potencial turístico a nivel general
como país, pero también a nivel particular, y desde el lado que me toca
defender, como potencia en ingeniería que somos. Es por ello que voy a seguir
intentando mover todo esto bajo el hashtag #TurismoDelAsfalto porque creo, y no
soy el único que lo piensa, que nuestras carreteras aúnan no solo buen hacer y características
técnicas sino también belleza y arte en muchas de sus trazas y sus enlaces, en
sus curvas, en sus pendientes, en todo su conjunto.
Si te apasiona la carretera y
tienes alguna que compartir apúntate al movimiento #TurismoDelAsfalto
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