Desde mi posición de ingeniero civil recién graduado, y de actual
estudiante de Máster complementario a mis estudios, me pregunto muchas veces a
mi mismo cual será el futuro que me espera en este ámbito, un futuro no solo laboral
sino personal, ya que para mí las dos cuestiones han de coexistir siempre.
Si analizamos las inversiones en obra pública (y todo lo que
hay a su alrededor) podemos sacar una conclusión: “tienen muy mala pinta”.
Si
nos fijamos en el numero de alumnos que ingresan año tras año en las facultades
o escuelas donde se imparte el grado podemos sacar una conclusión: “tiene muy
mala pinta”
Si introducimos en cualquier página de búsqueda de empleo algo
relacionado con nuestra profesión o con nuestros estudios podemos sacar una
conclusión: “tiene muy mala pinta” (aquí puedo sacar una conclusión más, y es
que parece que solo se necesiten agentes comerciales en el mundo)
No quiero ser pesimista ni alarmista con todo esto, pero no
deja de ser la realidad que nos ocupa y no podemos abstraernos de la misma (ya
sabemos que cualquier tiempo pasado fue mejor). Es cierto que estamos en época
de cambio, de adaptarnos a los nuevos métodos y criterios, es cierto que la
ingeniería civil no es lo que era pero lo que si es cierto, y debe seguir siéndolo
siempre, es que la ingeniería civil ha de servirnos para lo que nos ha servido
siempre, para hacernos este mundo un poco más fácil.
Y si me preguntan que como veo el futuro en esta nuestra rama
yo podría contestarles muchas cosas, pero sobre todo se me viene una siempre a
la cabeza: aquí hace falta un cambio.
Este cambio no ha de pasar por volvernos locos, pero si ha
de consistir en una transformación evolutiva de todo lo relacionado con nuestro
entorno, una transformación que no consiste en cambiarlo todo, sino en mejorar
y dar paso a una nueva manera de entender la realidad que nos rodea.
La ingeniería ha acompañado al hombre desde que dio sus
primeros pasos y lo hará hasta el fin de sus días, pero igual que el hombre ha
de seguir la evolución.
Firmado un Ingeniero Civil que no quiere convertirse
en el eslabón perdido.